domingo, abril 19, 2009

Necio

No se, si algún día repase lo que sucedió, tal vez en fotos, o en algún recuerdo fugaz, de aquellos tiempo de fusil, fusil e inclusos los de los silencios acompañados por el rugir de las olas. Fue bastante tiempo el de esperar, lo fue ¿ y que quedo?, tal vez mucho, con sensación a nada. Ya nada reclama y era el silencio de aquella noche de fusil, y de fiesta, lo que me embriaga al abrir la ventana. Son muchas balas pasando por mi mente frágil, seré un soñador por creer que esas balas no me afectan, ni me afectaran, es el futuro y una pésima esperanza de que aferrarme, lo sabes, nunca dijiste nada.
¿Habrá sido bueno guardarnos silencio por tanto tiempo?, que ahora solo quedan miradas, de las incomodas, de las incomodas, de esas que dan asco. Ya no importa.
Es triste despedirse así, pero sabes que cada 14 de julio, el que te deja una flor en tu lecho, no es mas que el que conociste, el de los ojos negros. Un necio que espera que en otro 14 de julio, tal vez, le llegue una flor.

sábado, abril 11, 2009

Adiós

Estoy caminando. Rápido. Nunca tan así. Nunca, tal vez. Rápido. Veo mi cara. Los de los demás. Nena. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo... Transpiración. Veo nuestras caras. Rápido. Llueve. Transpiración. Sangre en la boca. Los veos. No. Seguiré. Te amo. -Despídete de mi madre. -Tu madre esta muerta. Entonces yo mismo lo haré. Me veo. Corro. Sangre. Te amo. Acepto. Choques... Seguiré. Te amo. Cuchillo infinito. Sangre. Harta sangre. Olor a sangre. Chocan. oler a sangre. Te amo. Blanco. Blanco. Blanco. Te amo. Yo saludo.Yo saludo a mi madre. Te amo. Piel abrirse. Yo saludo a mi madre

domingo, abril 05, 2009

Caos.

No sé con exactitud que pasó aquel día. Pero de seguro, ya nadie quiere hablar. Algunos dicen que el encargado de encender la luz, pero no cualquier luz, sino que de la torre Entel, se enfermó. La gente se desesperó. No sabía lo que estaba pasando. No sabían donde tenían que ir. Que era el oriente o el poniente. Gritos. Llantos. La gente comenzó a bajarse de sus vehículos. En un acto desesperado, grupos de gente, de cualquier clase, se juntaron al medio de la alameda. Los mas creyentes, a rezar, otros solo se consolaban, nadie quería estar solo.
En la torre, se dieron cuenta del error y la encendieron. Todo mas claro , la gente se quedó mirando y pensaron en lo estúpido de sus reacciones. Desde ese día, la gente empezó a salir con linternas. Solo por si acaso, solo por si acaso.