miércoles, septiembre 07, 2011

Tiempo Cotidiano Parte II

La luz zigzaguea en un ritmo del boogie boogie, terminando al ritmo de jazz. El grito de los dados suenan cada vez mas fuertes, transformándose en gritos de guerra, saltan con efervescencia desde el cacho y como ninjas esperan para poder atacar con sorpresa, pequeños espartanos. Defendiendo al congreso de sus dioses.
El tiempo un poco se detiene al momento que las bombillas eléctricas se encienden. La gente con la que vivo sonríen, porque lo están. 
El tiempo pasa lento.   
                                  Lento.
                                            Lento.
Crash, el cacho golpea la mesa con precisión, los espartanos se alinean. - Cuatro quinas. Me dice el Vicente, con una sonrisa pícara a punto de explotar. Rápidamente en contexto de ataque digo: -no compadre, cinco sextas. El flaco deja amortiguando el silencio, pero estira la tensión, en cosa de segundos amortigua la tensión y estira el silencio, pero estira hasta romperlo. - Tres aces, dice. - Cuatro. Al vuelo, se le escucha a Rodrigo. Vicente deja de sonreír. 
Desde el fondo suenan los Jaivas y los vientos suenan con pena, que lo comienza acompañar un piano inquieto, que se va desbocando al miedo. La flauta (traversa) termina por desgarrarte y los Jaivas comienzan su propia batalla, por quien es el mejor y por otro lado, nosotros, quien es el rival mas débil.
- Esto es lo que digo, mira como entra Mario aquí. Mario Mutis no es un buen bajista, pero es un ganador. Me dice el flaco. - Es imposible no notarlo, que no te llegue ese bajo.
- Como el baterista de Led zepellin, John Bonham, en moby dick, esta todo el tiempo compitiendo con Jimmy Page, interrumpe Rodrigo.
- Son todos ganadores, así tiene que ser, hay que ser así. Ganadores. Agrega el flaco. 
- Como en 300. Ellos si que que lo fueron. Vuelve a comentar el Vicente.
La música impone y crea atmósfera, muy distinto al nuestro, a lo que estamos haciendo. Negociando.
Como un zumbido. Un disparo. Rápido, se suelta y comienza a bailar uno de aquellos. Nos relajamos. Nos reímos... 
Los soldados espartanos hacen sonar sus escudos. Van matando a los débiles, a los despistados. De a uno. Torturándolos, hasta hacer desaparecer al grupo.
El tiempo pasa lento.
                                 Lento.
                                           Lento.