jueves, octubre 25, 2007

Fue en ese momento, en ese lugar.

La ví, fui un caníbal esa noche, no sentí desdicha... no me arrepiento de nada, la sangre corría por mis venas, estoy vivo esa noche, ese momento, ese lugar.
Donde me rompió el corazón, no solo en lo psicológico y eso mismo se lo hice a ella.
La cama estaba húmeda, sudor, sudor, sudor en todo el lugar.
La radio sonaba la cucaracha, ese momento, como si los dioses lo hubieran querido así.
Nadie hubiera pensado que hace 15 minutos atrás estuviéramos jugando con leche condensada, con manjar y leche condensada y me paso la ráfaga de muerte, que me despierta y vivo.
Recorro y soy dios y la ciudad. La casa, donde estaba frió y era azul y el baño, no eran flores marchitas en un jarro de hielo del infortunio.
Dios como esto, la situación, el momento, el lugar, donde corro la cortina y se ven los niños jugando, elevando volantines y se ve pablo, no sabiendo lo ocurrido. No sabrá como el universo paralelo que quizás, esto no seria así.
De asesinado a asesino y nada, vacío. Es como me sentía después de matar la.... a ella, a la "guillotina", conocida en el medio, pero su nombre le hizo alusión a su muerte.

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