lunes, diciembre 17, 2007

Eduardo Gomez




Recuerdos. Que son, ya no los tengo. Solo pequeños momentos que en sueños de repente suelen aparecer, con los que dicen ser, al parecer, serían lo que fue.

Solo pequeños pasajes fuera de este lugar. Me llevan a lo que creo que fue mi hogar, como dicen.
Mi madre. Ella lloraba y decía que algún día lo entendería. Ese día nunca llegó.
Mi padre. Fue el que me trajo a este lugar. Ahí fue, donde me eh desarrollado a lo que soy, un experimento. Fui el primero en llegar, supongo. Desde niño, me empezaron hacer pruebas. Un objeto, donde no comprendí, nunca las palabras de mi madre, ni las acciones de estos, ni nada.
En un principio me revelaba, con el tiempo y las torturas de tratar de dejar el pasado me ganaron. Nunca eh contado mis sueños, la verdad, ya no sé si pasó o es solo una ilusión, que trato de aferrarme, para que esta mierda, no me gane.
Fui entrenado para lo mejor y ser el mejor, de eso se trata todo esto. Nunca eh pertenecido. Eh querido escapar, pero ya no puedo. Es muy tarde.
Afuera es solo un sueño de viejos hipócritas, que solo importan los intereses colectivos que ellos mismo han creado y que al parecer esto, no es muy diferente.
Todavía creo escuchar el televisor y mucho ruido y el llanto de mi madre, donde mi padre me decía: "Ahora sabrás que es la vida y sabrás que es ser un hombre".
Acá me apegaron toda la humanidad, todo sueño, sentimiento, que creo que alguna vez tuve. El ser perfecto, fue la lucha, de una maquina electroshock, en convertirme. En olvidar. Pero que pretenden, que olvide... un sueño, mi primer beso o solo tienen miedo a lo revolucionario de que la gente puede llegar a ser. Pero que mierda pretenden. Fue ahí donde pasa la vida y se convierte a ser un juguete de manipulación. Una preparación. Un camino a seguir.
Después de drogas, de alucinación, empecé apaciguar todo mi manifiesto, contra lo que es la esencia del hombre y ser un trabajador mas de una maquina electroshock.
Algunos siguen hablando de la muerte. Ya no creo en la muerte. No creo en la vida. En lo humano... ya estoy muerto.

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