martes, mayo 17, 2011

Consuelo

Ciertamente esta no es la vida que mis papás tenían pensado para mí. Tampoco es la vida que yo imaginaba tener. Pero Acá estamos. Sentado fumando un cigarro, mientras la consuelo baila, adentro en el living. Debo decirlo. Los dos estamos super volados y necesitaba salir y me quede pegado pensando, como si fuera un domingo cualquiera y te das cuenta que estas atrapado en un juego que ya ni siquiera sabes jugar... pero me tranquiliza la idea de estar acá en el balcón, mirándola bailar, aunque me distraigo fácil. En el pasado que me rodea.
- Me dejai unas quemá - Me dice la consuelo. - Me cansé.
- Bailaste arto. Te habiai quedao pegá...
El viento nos abraza y nos baila sobre nuestras cabezas. El Silencio nos pesa y nos besa.
Nos quedamos mirando, como si fuera la primera vez que nos vemos. Esta un poco cansada, se nota en tus ojos, que se pierden en un punto lejano, como si mirase al mundo en una constante vigilancia interna.
- Gracias - apaga el cigarro. Se me acerca, muy despacio y me regala una sonrisa y es el viento que nos abraza y nos besa y es lindo como la consuelo se ríe de este momento. Sus ojos son oscuros y profundos. Ajenos a la vida misma. A nuestra historia y se mueve con el; y fluye como un gato de noche que se mueve con toda propiedad. Toda firmeza. Como María en su tiempo. Muerta. Pero que nuca supe. Porque María, no se llamaba María y no era Consuelo, ni tampoco Soledad, ni tampoco Prudencia y trajo desastre y trajo alegría, pero no era nada de eso. Era pasaje en el diario. Secreto a voces. Toda la mañana.
Pero lejos de todo esto, nos besamos hasta miles de tiempo. Casi tanto como la caída de una flor.

2 comentarios:

Dinsmoor dijo...

"...y fluye como un gato de noche que se mueve con toda propiedad". Te da escalofríos.
Un beso, Tonchi :)

ignacio dijo...

me gustó caleta. me metí mucho en el cuento, está bacan la manera en que narrai, ese relajo al escribir le da como consistencia, se vuelve real.
un abrazo.