viernes, marzo 01, 2013

Despedida


Estábamos en la esquina. Fuimos a comprar unos cigarros porque nos faltaba. Hace un poco de frío, pero los cigarros y el pito que teníamos en nuestros bolsillos iba ayudar bastante.
El Pablo se puso un poco serio, cambio su tono de voz y sus ojos, se pusieron negros como la noche y un poco duros como el frío, luego me cuenta que esta un poco cansado y enseguida se agacha doblando las rodillas y me dice si le doy uno.
Silencio.
Así estuvimos un buen rato, no dijimos nada mas y nos pusimos a caminar, entremedio se puso a llover y nos refugiamos debajo de un paradero... nada pasaba, eran horas muertas y los perros nos seguían de hace un par de cuadras.
 Encendimos el pito y el frío hizo que nuestras palabras guardarán calor en nuestras gargantas. La tensión y el cansancio a ratos golpeaba y nos intimidaba. El Pablo seguía con la mirada de piedra, mira a los perros como entendiéndolos, se queda pegado en eso, como encontrando entendimiento, un poco de comprensión y se entristece un poco. No lo demuestra, pero lo sé.
Silencio
Luego me dice que se tiene que ir. Yo le digo chao, pero se queda al lado mio, me queda mirando y luego quiebra el silencio, diciendo que se tiene que ir de acá. De la ciudad, por un tiempo.
Yo no sé que decir, si que no digo nada. El me abraza y finalmente me dice chao. Yo lo veo irse debajo de la lluvia.

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