miércoles, noviembre 17, 2010

Paulina (Parte II)

El sol atardece de a poco y un haz de luz que llega a mi cama me acaricia y me despierta. No siento mas ruidos que mi respiración. Se abre la puerta. Entra Paulina con un par de maletas, nos miramos un largo rato, pero el silencio era hermoso y nuestras miradas se pierden y me acerco a ella, solo me sonríe.

Me encanta la Paulina a esta hora, refleja ternura y calidez a través de su pelo y cuello. Pero no decimos nada, porque no hay nada que decir. El silencio va de la mano y sabemos que va a pasar y no hacemos nada. Yo no hago nada.

Solo atina a una especie de sonrisa, pero sus ojos no mienten, nunca pueden y me besa la frente. La acaricio y recorro su cuello, pero da un paso atrás y la dejo ir.

Me da rabia, porque me siento indiferente a su partida, a la mía y a la vida misma.

Me acerco rápidamente al balcón , ya de noche hacemos contraste la ciudad y yo, y al mismo tiempo nos conjugamos y nos somos indiferentes, cada cual a su ritmo, pulso y luego nos encontramos con un cigarro. Recuerdo como conocí a Paulina. Un martes de invierno en un videoclub del centro. Mi fascinación por las películas me llevo hasta allá y la falta de decisión hizo que tuviera 10 películas bajo el brazo; cuando finalmente decido que voy a llevar, entra ella y me confunde con unos de los tipos que trabaja en el lugar. Claro, me ve ordenando y se me acerca y pregunta “¿qué película le recomiendo, para un amigo cinéfilo?”. Me río y le digo si es realmente cinéfilo, porque en esta ciudad quien no lo es. Sí –responde, un poco molesta, por la situación y mi gesto entre risa y confuso y la lata de decirle que yo no trabajaba en el lugar contra lo segura y apurada que se veía ella. Dejo lo que estaba haciendo y empiezo a buscar, le doy varias: Fellini 8 ½, Week End, la guerra de los botones, unas mas Indie, Garden State, Smart people, Shirk, Me And You And Every We Know, otras mas conocidas: New York I Love You, El Secreto De Tus Ojos, La Ciencia Del Sueño… y le dije, elije.

Algo ya molesta y desconcertada, me contesta: - ¿pero cómo?. Si por algo estas acá. Le sonrío, y camino, me sigue. – Yo no puedo… de hecho estoy en la misma, no se que llevar, pero Me And You, And Every We Knows, creo que no la debe cachar… y de seguro le gusta. Si no es así, dile que te la devuelva y ve la. Tal ves a ti te guste. Ahora me doy cuenta, que me muestra la misma sonrisa de hoy.

- Disculpa. No cache… pense que era’i

- Filo, le puede pasar… bueno, no cacho muchos casos, pero vemos que pasan….

- Perdón, pense que me estaba’i agarrando pal’ webeo y de hecho una amiga me esta esperando…

Le sonrío nomás, me quede sin decir…

- Gracias, te pasate… disculpa, ¿cuál era la película?

- Esa

- Vale… ah, si… - duda el movimiento. –Paulina, por cierto.

- Nico… dime Nico.

- Ehm… oye… -Suena el celular. Contesta. -¿aló?... si. Si, salgo al tiro… sé que es tarde ya… pero. Bueno, salgo al tiro. Sí, ya chau… ehm. – Me queda mirando fijamente. –Lo siento, me tengo que ir. Nos vemos.

Camino hasta la caja y salió. No la vi, hasta un par de meses.

-Timbre.-

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