miércoles, noviembre 17, 2010

Paulina (Parte III)

Nueve meses atrás. Un viernes como hoy, en un carrete del seba, que paso la tesis, tocan el timbre, voy y abro la puerta, estaba la flaca, hermana de la jaja, con una amiga de ella. Era hermosa, pero estaba curao y soltero, encontraba hermosas a muchas gente del carrete, si que no confiaba de mis instintos ahora, no del todo, por lo menos. –Pasa flaca, tanto tiempo. – Nos damos un abrazo fuerte y largo.

La flaca, en un principio vivió conmigo. Era mi mejor amiga, desde que tengo uso de razón, fuimos compañeros de colegio y cuando nos vinimos a Santiago, arrendamos depto los dos. A mitad de ese año, el seba mi mejor amigo de la U. También sureño. Se fue de la pensión y comenzó a dormir acá, hasta que encontrara algo. Después de un tiempo cacho que no tenía que buscar mas y se queda. Nos adaptamos bien los tres. Hasta el años siguiente. A finales de ese año, la flaca avisa que la jaja el próximo años se venía con nosotros. Así el seba conoció a la jaja. Que en realidad se llama Romina.

El primer momento que seba vio a la Romina, con el nos estábamos sacando un pito de bienvenida. Fumamos toda la tarde, un día hermoso. Todavía hacia calor. Quedamos muy volados, con el seba y la flaca, empezamos analizar los comerciales y hablar de cosas chistosas, la Romina solo se reía, no hablo mucho, no podía tampoco. De ahí la molestamos un rato y el seba le dijo que le iba a decir jaja mejor, porque estaba tan volado como para acordarse del nombre. Ese mismo año la flaca se devuelve a Temuco, se dio cuenta que quería estudiar allá. Ahí comenzó otra etapa.

Desde ahí ese tiempo que la flaca no volvía al departamento, volvimos a estar por un par de días los cuatro juntos. Si que las hice pasar. Conversamos arto rato con la flaca y su amiga, hasta que me reconoció.

- ¿ustedes se conocen?

- Sí, creo que si, dice ella.

No sabía quien era, trataba de acordarme, una mujer tan rica no la podía olvidar así.

- … a ti ¿dónde te he visto?. –repite.

- ¿En la comisaría hoy?. – respondo.

- Oh, cierto. ¿cómo estas?, ¿todo salio bien, o no?. –me dice la flaca

- Si bien… si bien, significa que me robaron el compu y los pacos van a ver que pueden hacer… si, bien.

- Chuta… lo siento. –me dice su amiga – Pero ¿el compu, tenía seguro?, ¿los llamaste?

- Sí… los llame…

- … y ¿qué te dijeron? – pregunta la flaca.

- ehm… que no tenía seguro con ellos, si que dejara de insistir…

- Puta nico… jajajajaja, que tení mala cue’a.

- Ahora me acuerde (interrumpe). Tu erai el del club de video.

En ese minuto todo vuelve a mi de golpe. Ese episodio todavía lo tenía fresco en la memoria, no había pasado tanto tiempo. Un par de meses atrás. Volví a ver a Paulina , conversamos un rato mas, de cosas, si al amigo que le había comprado la película, si le había gustado, cosas banales.

Empezó el baile y nos separamos, estuvimos un par de canciones juntos, pero no había química en el tema. Nos volvimos a separar, hasta pequeños encuentros en la entrada y salida del baño, pero estábamos torpes y borrachos , que en una, esperando para poder entrar, comenzó esos silencios incómodos, ya no sabíamos donde mirar para no enfrentar el fracaso. Hasta que nuestras miradas se encontraron y reímos. Nos reímos un poco de nuestros estados y para matar el silencio. Salen del baño. Entro al baño primero. Estaba antes. Salgo. Entra ella. Me dice antes de entrar que la espere, para poder hablar mas tranquilo. La espero.

Cuando sale comenzamos a conversar a fuera del pasillo para entrar al baño. Nos interrumpían a cada rato. Me pregunta si vamos a la pieza para estar mas tranquilos. Me agarra de la mano y me levanta.

Estando ahí, me saco un pito y le pregunto, si quiere fumar. Acepta. Seguimos conversando, en un principio de películas que le había recomendado. Me cuenta que volvió y que vio la mayoría.

Dice que me conocía un poco por estas, me analizo, en muchas cosas tuvo razón y me dio miedo. Luego risas. Nos reímos bastantes y se pasó la noche. Con esto y lo curado y lo volado. Al día siguiente era el cumpleaños de la flaca.

Se lo celebramos en el departamento. Volvió a venir, de ahí todo fluyo y una cosa llevo a encontrarnos a media luz y borrachos y felices y todo fluyo.

Me atrape en su cuello y las curvas de su cuerpo. Su mirada fija y profunda y en el brillo de su pelo. Todo fluye…

-Timbre.-

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